Testimonio resumido.
Fecha Testimonio: 5 de septiembre de 1972
Nombre: Magdalena E. H. Ciudad: Bilbao (Vizcaya) Edad: XX
Enfermedad desde: Año 1968
Fecha curación: 27 de febrero de 1972
Utilizó el agua: En Umbe
Enfermedad, Dolencia: MUCHOS DOLORES DE CABEZA
Ilustrísimo Sr. Obispo.
El verano de 1971 es cuando por primera vez oímos hablar de las Apariciones de Umbe y quizás por la forma de contarnos no domos crédito a las mismas.
Pasó todo el verano sin que quisiéramos saber nada de estas Apariciones, pues decíamos que ya teníamos bastante con las que creíamos, pero un día entando mi hermana en casa y yo en la oficina, las dos sin comunicarnos nada, sentimos un impulso para ir a conocer a la vidente para más tarde visitar Umbe. Fuimos con una se las señoras que nos habían hablado.
La impresión que nos causaron tanto la vidente, Felisa, como su familia, fue buenísima, ya que son humildes, sencillos, amables, y nos contaron todo desde la primera vez que vio a la Madre Dolorosa, siendo tan distinto a lo que nos habían relatado hasta entonces, que con la ayuda de la Santísima, fue suficiente para que creyéramos sin vacilar, aunque aún no estaba convencida del todo y rezando el Rosario le pedí a la Madre Dolorosa, que me concediera a prueba pequeñita para que no tuviera ninguna duda de la autenticidad de las Apariciones (pues me chocaba que en una casa donde la madre tiene la dicha inmensa de ver a la Virgen, no hubiera en la sala ningún cuadro o imagen de Ella, ni del Señor). Durante el Rosario tuve la prueba (esto lo puede confirmar la señora con la que fuimos, ya que de los que estábamos en la sala, solamente sentimos las dos), y desde ese momento ya no he dudado de la au0tenticidad de estas Apariciones.
El día de la Inmaculada del pasado año (1971), fuimos por primera vez a Umbe. Ese día rezamos varios Rosarios y bebimos agua del pozo, lavándonos la cara, pero nada más.
Por segunda vez, volvimos el día de Navidad (también con la vidente y familia), pasando una tarde llena de paz, inolvidable y esta vez al ver que se metían los pies, hicimos lo propio (se conoce que no les vimos que se lavaban la cara), pero al estar rezando el Rosario y cuando ya íbamos a marcarnos, preguntamos qué era lo que había dicho la Madre Dolorosa, lavarse la cara o meterse los pies en el pozo, a lo que nos dijeron, la Madre Dolorosa, le dice a Felisa que los sanos y enfermos se laven la cara y metan los pies en el pozo y serán curados. Como era tarde dijimos la próxima cumpliremos lo que ha dicho Nuestra Madre.
El 23 de Febrero de 1972, volvimos de nuevo a Umbe y por fin como vulgarmente se dice a la tercera la vencida, hicimos ya bien lo que le dice la Virgen a Felisa, sin pedir nada.
Yo tenía desde hacía unos cuatro años muchos dolores de cabeza, (quizás a consecuencia de una caída que tuve y que me afectó a la vista algo) y raro era el día que tenía que tomar algún calmante por la mañana y mediodía, habiéndome salido en una ocasión (anterior al 23 de febrero) un bulto del tamaño de una nuez tras de la oreja hacía arriba que me producía un dolor sordo y malestar, y toda la cabeza en muchas ocasiones parecía como si estuviera hueca y dolorida sobre todo en la parte superior, pero no había ido al Médico para ver cuál podía ser la causa de estos dolores.
Al día siguiente. O sea 24 de febrero de este año (1972) a las 8:30 Horas de la mañana comencé a sangrar (y así durante dos días más a la misma hora) por la nariz, sin que llegara a hemorragia, despidiendo la sangre un olor desagradable y a partir del tercer día ya no he vuelto a tener más dolores de cabeza (tan acostumbrada estaba a ellos, que muchas veces parece que me falta algo), a pesar de los meses transcurridos, por lo que bien puedo decir que la Madre Dolorosa me hizo este regalo sin que yo se lo suplicara.
Para mí ha sido un milagro, aunque no puedo testificar con Certificados Médicos por no haber acudido a ellos (y ahora es lo que siento), por lo que seguramente solo se considerará un favor.
Por mucho que quiera nunca podré corresponder al regalo tan grande que me hizo la Madre Dolorosa.
Por si sirve mi testificación para dar fe de las curaciones que ha hecho la Madre Dolorosa con el agua del pozo, firmo el presente escrito en Bilbao a 15 de septiembre de 1972.
Reconozco como verdaderos todos los datos y explicación de esta gracia, concedida por la Santísima Virgen Pura Dolorosa de Umbe.
Humildemente besa su anillo Pastoral, y se pone a su entera disposición para ampliar lo que desee.
Firmado: Magdalena E. H.
Informes: No se aporta.
Nombre: Magdalena E. H. Ciudad: Bilbao (Vizcaya) Edad: XX
Enfermedad desde: Año 1968
Fecha curación: 27 de febrero de 1972
Utilizó el agua: En Umbe
Enfermedad, Dolencia: MUCHOS DOLORES DE CABEZA
Ilustrísimo Sr. Obispo.
El verano de 1971 es cuando por primera vez oímos hablar de las Apariciones de Umbe y quizás por la forma de contarnos no domos crédito a las mismas.
Pasó todo el verano sin que quisiéramos saber nada de estas Apariciones, pues decíamos que ya teníamos bastante con las que creíamos, pero un día entando mi hermana en casa y yo en la oficina, las dos sin comunicarnos nada, sentimos un impulso para ir a conocer a la vidente para más tarde visitar Umbe. Fuimos con una se las señoras que nos habían hablado.
La impresión que nos causaron tanto la vidente, Felisa, como su familia, fue buenísima, ya que son humildes, sencillos, amables, y nos contaron todo desde la primera vez que vio a la Madre Dolorosa, siendo tan distinto a lo que nos habían relatado hasta entonces, que con la ayuda de la Santísima, fue suficiente para que creyéramos sin vacilar, aunque aún no estaba convencida del todo y rezando el Rosario le pedí a la Madre Dolorosa, que me concediera a prueba pequeñita para que no tuviera ninguna duda de la autenticidad de las Apariciones (pues me chocaba que en una casa donde la madre tiene la dicha inmensa de ver a la Virgen, no hubiera en la sala ningún cuadro o imagen de Ella, ni del Señor). Durante el Rosario tuve la prueba (esto lo puede confirmar la señora con la que fuimos, ya que de los que estábamos en la sala, solamente sentimos las dos), y desde ese momento ya no he dudado de la au0tenticidad de estas Apariciones.
El día de la Inmaculada del pasado año (1971), fuimos por primera vez a Umbe. Ese día rezamos varios Rosarios y bebimos agua del pozo, lavándonos la cara, pero nada más.
Por segunda vez, volvimos el día de Navidad (también con la vidente y familia), pasando una tarde llena de paz, inolvidable y esta vez al ver que se metían los pies, hicimos lo propio (se conoce que no les vimos que se lavaban la cara), pero al estar rezando el Rosario y cuando ya íbamos a marcarnos, preguntamos qué era lo que había dicho la Madre Dolorosa, lavarse la cara o meterse los pies en el pozo, a lo que nos dijeron, la Madre Dolorosa, le dice a Felisa que los sanos y enfermos se laven la cara y metan los pies en el pozo y serán curados. Como era tarde dijimos la próxima cumpliremos lo que ha dicho Nuestra Madre.
El 23 de Febrero de 1972, volvimos de nuevo a Umbe y por fin como vulgarmente se dice a la tercera la vencida, hicimos ya bien lo que le dice la Virgen a Felisa, sin pedir nada.
Yo tenía desde hacía unos cuatro años muchos dolores de cabeza, (quizás a consecuencia de una caída que tuve y que me afectó a la vista algo) y raro era el día que tenía que tomar algún calmante por la mañana y mediodía, habiéndome salido en una ocasión (anterior al 23 de febrero) un bulto del tamaño de una nuez tras de la oreja hacía arriba que me producía un dolor sordo y malestar, y toda la cabeza en muchas ocasiones parecía como si estuviera hueca y dolorida sobre todo en la parte superior, pero no había ido al Médico para ver cuál podía ser la causa de estos dolores.
Al día siguiente. O sea 24 de febrero de este año (1972) a las 8:30 Horas de la mañana comencé a sangrar (y así durante dos días más a la misma hora) por la nariz, sin que llegara a hemorragia, despidiendo la sangre un olor desagradable y a partir del tercer día ya no he vuelto a tener más dolores de cabeza (tan acostumbrada estaba a ellos, que muchas veces parece que me falta algo), a pesar de los meses transcurridos, por lo que bien puedo decir que la Madre Dolorosa me hizo este regalo sin que yo se lo suplicara.
Para mí ha sido un milagro, aunque no puedo testificar con Certificados Médicos por no haber acudido a ellos (y ahora es lo que siento), por lo que seguramente solo se considerará un favor.
Por mucho que quiera nunca podré corresponder al regalo tan grande que me hizo la Madre Dolorosa.
Por si sirve mi testificación para dar fe de las curaciones que ha hecho la Madre Dolorosa con el agua del pozo, firmo el presente escrito en Bilbao a 15 de septiembre de 1972.
Reconozco como verdaderos todos los datos y explicación de esta gracia, concedida por la Santísima Virgen Pura Dolorosa de Umbe.
Humildemente besa su anillo Pastoral, y se pone a su entera disposición para ampliar lo que desee.
Firmado: Magdalena E. H.
Informes: No se aporta.
|
|