Testimonio ampliado
Fecha Testimonio: 1 de octubre de 1986
Nombre: Juan Ciudad: Alcalá de Henares (Madrid) Edad: 54
Enfermedad desde: Diciembre 1984 y Mayo 1986
Fecha curación: Diciembre 9 o 10 y 1º de Mayo 1986
Utilizó el agua: 1ª en Guadalajara, 2ª en Monte Umbe
Enfermedad, Dolencia: OPERACIÓN VESÍCULA DOLOR RIÑONES
Ilustrísimo Sr. Obispo.
Quisiera narrar los hechos de una manera corta y sencilla sobre mi curación.
Primero sobre mis operaciones quirúrgicas y luego en Monte Umbe a través de la Virgen Dolorosa y por mediación del agua del manantial. No podré reflejar mi gravedad ni muchos hechos, pero creo que si los más esenciales.
El siete de diciembre de 1984, sobre las ocho de la tarde ingresaba en el quirófano del Sanatorio de Nuestra Señora de la Antigua en Guadalajara, para ser operado de vesícula biliar en estado de perforación. Dos horas más tarde, después de haber terminado llamaban a mi esposa e hijos para mostrarles lo que me habían extraído, el apéndice y la vesícula, informándoles al mismo tiempo que se había llevado a efecto utilizando un aspirador para vaciar la vesícula por la carga que estaba y poder extraerla, ya que contenía millares de piedras y barro gangrenoso, al mismo tiempo que su tamaño era demasiado grande y acoplada en el bajo vientre
El resultado era grave, tanto así que, el doctor que tenía ocho días de vacaciones suspendió éstas temiéndose algo peor y, permaneció pendiente de mi estado en la clínica y en su casa.
A los dos o tres días me levantaron la cura y observando señales de gangrena trataron de cortar exprimiendo la herida en curas sucesivas para la salida del pus, pero sin resultados positivos y, ante la gravedad que presentaba me pasaban nuevamente al quirófano, justamente a los ocho días de la primera intervención.
Al no poder coser nuevamente, sujetaron mis carnes con dos leñas y abrieron dos orificios más para facilitar la expulsión del líquido interior, pero las curas continuaron durante un mes más entrando y sacando gasas como se puede comprobar por las fotografías.
A los cuatro días siguientes, doce desde la primera operación, en una de las curas, viendo que continuaba la gangrena y maceración de la herida inferior, hubo que intervenir nuevamente, pero sin dormirse, a vivo dolor. ¿DÓNDE INTERVINO LA VIRGEN? Mi esposa estaba a mi lado día y noche y entre los libros que leía estaba “Y EL AGUA SEGUIRÁ CURANDO”, por ello pasada la primera operación y viendo mi estado tan crítico, mandó a un hijo nuestro a Bilbao para que se acercase a Umbe, trajese agua del manantial y poder curar a su padre que se moría. Y la fe salvo montañas, en dos días estaba mi hijo de vuelta y mi esposa con cariño, con ansias y fe lavó mi cara y pis pies, y por esta causa superé el resto de las crisis, pues el doctor nos aseguraba que no solo me escapaba de sus manos, sino que imposible hacer nada en mi estado.
Días más tarde cuando todo había pasado y aún un año después solo sabía repetirnos que no sabía cómo “me había salvado”
El 15 de enero de 1985 me daban el alta para marchar a mi casa, pasando a curas al Sanatorio Vallés en Alcalá de Henares, pero el uno de febrero en la revisión médica me ingresaban nuevamente por Hepatitis aguda, que me duró hasta mayo-junio del mismo año.
Me recuperé totalmente como se puede ver en los análisis, pero quedarían otras secuelas, primero fueron los dolores y pérdidas de fuerzas en los brazos y a continuación los dolores en los riñones, que ni me permitían agacharme y de andar como máximo 200 o 300 metros, que al regreso le obligaban a sostribarme o sujetarme a la pared para recobrar aliento.
A primeros de mayo de 1986 para no dejar pasar más tiempo y siéndome materialmente casi imposible, en compañía de mi esposa y dos hijos fuimos a Bilbao para subir a Monte Umbe y dar gracias a la Virgen y ocurrió que mientras me lavaba la cara y los pies, mi esposa con su mano húmeda del agua de la fuente me tocó la parte dolorida de los riñones y, SENTÍ COMO UN EMPUJÓN que no solo me incorporó, sino que me hizo andar y andar sin volver a sentir ningún dolor hasta la fecha, por ello pues el agua volvió a hacer su efecto curativo.
He de hacer notar que me lavaron la cara y los pies después de la primera aparición y sentí tal sensación de FRIALDAD Y UN OLOR TAN CARACTERISTICO, como posiblemente no volveré a sentir nunca, pero que tampoco olvidaré. ¿Qué alguien dirá que fue mi estado inconsciente o febril? Imposible, fue un momento entre la vida y la muerte. En mi cuerpo están las señales.
En espera de cumplir mi testimonio, les saludo atentamente.
Quiero agradecer públicamente a la Santísima Virgen Pura Dolorosa se Umbe el haberme curado.
Reconozco como verdaderos todos los datos y explicación de esta gracia, concedida por la Santísima Virgen Pura Dolorosa de Umbe.
Humildemente besa su anillo Pastoral, y se pone a su entera disposición para ampliar lo que desee.
Firmado: Juan P.L.
Informes: Aporta varios y 3 fotografías y 2 certificados médicos
Nombre: Juan Ciudad: Alcalá de Henares (Madrid) Edad: 54
Enfermedad desde: Diciembre 1984 y Mayo 1986
Fecha curación: Diciembre 9 o 10 y 1º de Mayo 1986
Utilizó el agua: 1ª en Guadalajara, 2ª en Monte Umbe
Enfermedad, Dolencia: OPERACIÓN VESÍCULA DOLOR RIÑONES
Ilustrísimo Sr. Obispo.
Quisiera narrar los hechos de una manera corta y sencilla sobre mi curación.
Primero sobre mis operaciones quirúrgicas y luego en Monte Umbe a través de la Virgen Dolorosa y por mediación del agua del manantial. No podré reflejar mi gravedad ni muchos hechos, pero creo que si los más esenciales.
El siete de diciembre de 1984, sobre las ocho de la tarde ingresaba en el quirófano del Sanatorio de Nuestra Señora de la Antigua en Guadalajara, para ser operado de vesícula biliar en estado de perforación. Dos horas más tarde, después de haber terminado llamaban a mi esposa e hijos para mostrarles lo que me habían extraído, el apéndice y la vesícula, informándoles al mismo tiempo que se había llevado a efecto utilizando un aspirador para vaciar la vesícula por la carga que estaba y poder extraerla, ya que contenía millares de piedras y barro gangrenoso, al mismo tiempo que su tamaño era demasiado grande y acoplada en el bajo vientre
El resultado era grave, tanto así que, el doctor que tenía ocho días de vacaciones suspendió éstas temiéndose algo peor y, permaneció pendiente de mi estado en la clínica y en su casa.
A los dos o tres días me levantaron la cura y observando señales de gangrena trataron de cortar exprimiendo la herida en curas sucesivas para la salida del pus, pero sin resultados positivos y, ante la gravedad que presentaba me pasaban nuevamente al quirófano, justamente a los ocho días de la primera intervención.
Al no poder coser nuevamente, sujetaron mis carnes con dos leñas y abrieron dos orificios más para facilitar la expulsión del líquido interior, pero las curas continuaron durante un mes más entrando y sacando gasas como se puede comprobar por las fotografías.
A los cuatro días siguientes, doce desde la primera operación, en una de las curas, viendo que continuaba la gangrena y maceración de la herida inferior, hubo que intervenir nuevamente, pero sin dormirse, a vivo dolor. ¿DÓNDE INTERVINO LA VIRGEN? Mi esposa estaba a mi lado día y noche y entre los libros que leía estaba “Y EL AGUA SEGUIRÁ CURANDO”, por ello pasada la primera operación y viendo mi estado tan crítico, mandó a un hijo nuestro a Bilbao para que se acercase a Umbe, trajese agua del manantial y poder curar a su padre que se moría. Y la fe salvo montañas, en dos días estaba mi hijo de vuelta y mi esposa con cariño, con ansias y fe lavó mi cara y pis pies, y por esta causa superé el resto de las crisis, pues el doctor nos aseguraba que no solo me escapaba de sus manos, sino que imposible hacer nada en mi estado.
Días más tarde cuando todo había pasado y aún un año después solo sabía repetirnos que no sabía cómo “me había salvado”
El 15 de enero de 1985 me daban el alta para marchar a mi casa, pasando a curas al Sanatorio Vallés en Alcalá de Henares, pero el uno de febrero en la revisión médica me ingresaban nuevamente por Hepatitis aguda, que me duró hasta mayo-junio del mismo año.
Me recuperé totalmente como se puede ver en los análisis, pero quedarían otras secuelas, primero fueron los dolores y pérdidas de fuerzas en los brazos y a continuación los dolores en los riñones, que ni me permitían agacharme y de andar como máximo 200 o 300 metros, que al regreso le obligaban a sostribarme o sujetarme a la pared para recobrar aliento.
A primeros de mayo de 1986 para no dejar pasar más tiempo y siéndome materialmente casi imposible, en compañía de mi esposa y dos hijos fuimos a Bilbao para subir a Monte Umbe y dar gracias a la Virgen y ocurrió que mientras me lavaba la cara y los pies, mi esposa con su mano húmeda del agua de la fuente me tocó la parte dolorida de los riñones y, SENTÍ COMO UN EMPUJÓN que no solo me incorporó, sino que me hizo andar y andar sin volver a sentir ningún dolor hasta la fecha, por ello pues el agua volvió a hacer su efecto curativo.
He de hacer notar que me lavaron la cara y los pies después de la primera aparición y sentí tal sensación de FRIALDAD Y UN OLOR TAN CARACTERISTICO, como posiblemente no volveré a sentir nunca, pero que tampoco olvidaré. ¿Qué alguien dirá que fue mi estado inconsciente o febril? Imposible, fue un momento entre la vida y la muerte. En mi cuerpo están las señales.
En espera de cumplir mi testimonio, les saludo atentamente.
Quiero agradecer públicamente a la Santísima Virgen Pura Dolorosa se Umbe el haberme curado.
Reconozco como verdaderos todos los datos y explicación de esta gracia, concedida por la Santísima Virgen Pura Dolorosa de Umbe.
Humildemente besa su anillo Pastoral, y se pone a su entera disposición para ampliar lo que desee.
Firmado: Juan P.L.
Informes: Aporta varios y 3 fotografías y 2 certificados médicos
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