Testimonio resumido.
Fecha Testimonio: 12 de octubre de 1992
Nombre: Antonio P. G. Ciudad: León Edad: 53
Enfermedad desde: Año y medio
Fecha curación: Año y medio
Utilizó el agua: En Umbe el 5 de junio de 1991
Enfermedad, Dolencia: SÍNDROME DE LA PEDRADA
Ilustrísimo Sr. Obispo.
Yo Antonio P. acompañé a mi mujer a Umbe, que fue curada por la Santísima Virgen, en su día le enviamos los datos, pues bien como le decía fuimos a Umbe, yo me encontraba muy mal de una pierna con el síndrome de la pedrada, había estado con muletas, pero entonces podía andar un poco con un bastón, casi no podía conducir, mi mujer me llevó a Umbe con la esperanza que se me quitara la enfermedad, porque ella es muy creyente, yo tengo que decir que lo soy muy poco.
Llegamos aquí mi mujer me dejó donde la fuente milagrosa, y una vez descalzo me puse a lavar la cara y los pies, a la hora empecé a notar unos dolores muy fuertes, juré que se me había puesto peor con el agua, pero puedo asegurar que ya de regreso casi no me dolía ni al día siguiente, ni los demás días, incluso haciendo esfuerzos porque yo no lo podía creer, he dejado que pasara este tiempo y sigo estando curado, yo no soy creyente pero esto que me ha pasado, pienso muchas veces en ello y espero me sirva para recapacitar, y creer más.
Reconozco como verdaderos todos los datos, documentos y explicación de esta gracia, concedida por la Santísima Virgen Pura Dolorosa de Umbe.
Humildemente besa su anillo pastoral, y se pone a su entera disposición para ampliar lo que desee.
Firmado: Antonio P. G.
Informes: no se aportan
Nombre: Antonio P. G. Ciudad: León Edad: 53
Enfermedad desde: Año y medio
Fecha curación: Año y medio
Utilizó el agua: En Umbe el 5 de junio de 1991
Enfermedad, Dolencia: SÍNDROME DE LA PEDRADA
Ilustrísimo Sr. Obispo.
Yo Antonio P. acompañé a mi mujer a Umbe, que fue curada por la Santísima Virgen, en su día le enviamos los datos, pues bien como le decía fuimos a Umbe, yo me encontraba muy mal de una pierna con el síndrome de la pedrada, había estado con muletas, pero entonces podía andar un poco con un bastón, casi no podía conducir, mi mujer me llevó a Umbe con la esperanza que se me quitara la enfermedad, porque ella es muy creyente, yo tengo que decir que lo soy muy poco.
Llegamos aquí mi mujer me dejó donde la fuente milagrosa, y una vez descalzo me puse a lavar la cara y los pies, a la hora empecé a notar unos dolores muy fuertes, juré que se me había puesto peor con el agua, pero puedo asegurar que ya de regreso casi no me dolía ni al día siguiente, ni los demás días, incluso haciendo esfuerzos porque yo no lo podía creer, he dejado que pasara este tiempo y sigo estando curado, yo no soy creyente pero esto que me ha pasado, pienso muchas veces en ello y espero me sirva para recapacitar, y creer más.
Reconozco como verdaderos todos los datos, documentos y explicación de esta gracia, concedida por la Santísima Virgen Pura Dolorosa de Umbe.
Humildemente besa su anillo pastoral, y se pone a su entera disposición para ampliar lo que desee.
Firmado: Antonio P. G.
Informes: no se aportan
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